Las siglas nZEB provienen del concepto (Nearly Zero Energy Buildings) o la traducción al español sería aproximadamente: Edificios con consumo energético casi nulo.
Estas siglas han cobrado muchísima trascendencia sobretodo en europa, que a partir de una directiva decretada por la Unión Europea en 2012 para reducir las emisiones de gases invernadero y de otras sustancias contaminantes de los edificios.
El cumplimiento de estas directivas por parte de las legislaciones de los países miembros de la UE debe cumplirse a partir del 31 de diciembre de 2020 para las edificaciones privadas (el plazo para las públicas fue el 31 de diciembre de 2018).
Está iniciativa vino a colación de los informes que revelaron que el 40% del consumo energético del viejo continente proviene de los edificios.
La iniciativa en Europa solo tiene en cuenta, de momento, la energía primaria, la que consumen los sistemas de climatización y de iluminación del edificio y el agua corriente sanitaria. Es decir, no tiene en cuenta el gasto de electricidad que producen los electrodomésticos dentro de cada vivienda.
Lo que hace nZEB es que se deba pensar en la construcción de los edificios y su diseño como en los tiempos en los que no existía tanta demanda de energía por sistemas de climatización y eléctricos.
Por ende, se debe especial atención en la orientación, la ubicación, el viento o la humedad, mejorando el tipo de envolvente o jugando con el tamaño de las ventanas, entre otros.
Esto podría parecer y es sin dudas un incremento considerable en los costos de construcción. Sin embargo, el artículo 4 de la directiva establece que todos los países miembros deben acompañar esta medida con un plan para movilizar inversiones destinadas a la renovación de edificios.
No queremos trazar un punto comparativo con Europa porque la verdad es que nuestros continentes atraviesan problemáticas distintas, pero sin dudas una vez que lleguemos a esta encrucijada, podremos atravesarla siguiendo el camino de los edificios nZEB.